Asumir el mundo como escritura, como algo a descifrar, como una cartografía amorosa, en donde se confunden el silencio, el enigma del olvido o la sonrisa delicada de algo o alguien, es uno de los peregrinajes de este libro de Juan Fernando Romero, que deambula lo mismo que el viento por el planeta y no distingue entre los viajes del afuera y el adentro porque tiene la certeza de que todo viaje es unidad entre lo que vemos y lo que se incorpora definitivo a nuestra vida y el tejido de los sueños.
Lo que me bastaría decir, más allá de los elementos aquí insinuados, es que Los ojos de los árboles es un libro sólido, lleno de resonancias. Un libro seguro de su ritmo y de lo que quiere nombrar. Juan Fernando Romero sabe que la creación artística es ante todo experiencia interior, un intento de expresar el mundo a través del“sentido oculto de la escritura, el tejido majestuoso de las palabras”.
Guillermo Martínez González
Bello libro.
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