lunes, 10 de diciembre de 2012

Memoria de mis manos / Lidia Corcione Crescini




Si hubiera que encontrar un símbolo para dar cuenta de los poemas de Lidia Corcione éste sería el del peregrinaje. Una manera de viaje en busca de la voz y de un territorio que se desplazan delicados entre la infancia, la mundanalidad de los años adultos y un sentimiento religioso siempre presente. En ese andar encuentra los hallazgos imprevistos de la poesía: “Solo existe fuego / en el corazón del hombre”. Estos versos que parecen sentencias resplandecen para dar sentido a la invocación secreta que a lo mejor es la poesía.
No estoy seguro de que la poesía se lea. Creo que en el acto de encuentro de lo que el poeta revela con los ojos de quien tiene esas palabras frente a los ojos ocurre una operación espiritual distinta. Si es así como no agradecer este talismán: “Todo lo que soy / lo soy ahora”. Este es un milagro: la posibilidad de existencia surge en y por el poema. Milagro y riesgo por cierto.

                                                                                              Roberto Burgos Cantor.

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